De regreso a casa… una experiencia transmedia por Los desiertos de Sonora.


Crítica comparativa entre las plataformas digitales utilizadas en el Proyecto Cultural Transmedia Los desiertos de Sonora.

Lourdes María Mazorra López

Cuando en 1991 se anunció públicamente la World Wide Web, y apenas un año después ya existían un millón de computadoras conectadas en red, el mundo aun no sospechaba que en solo catorce años Internet alcanzaría los mil millones de usuarios y en tres décadas sus plataformas de entretenimiento competirían con uno de los mayores inventos del siglo XX: la televisión, modificando los hábitos de consumo audiovisual, definitivamente.


Treinta años después, el panorama de los tradicionales medios de comunicación ha cambiado radicalmente. Los escenarios se han transformado y en el 2019, por primera vez en la historia, el consumo promedio online se situó en 170 minutos diarios por persona contra 167 para la televisión estándar. Detrás de la popularidad de los medios digitales está en gran medida el creciente uso de internet en los teléfonos móviles, la informatización de la sociedad y el acelerado avance de la tecnología. Ahora, prácticamente cada miembro de la familia tiene su propia pantalla: una tele, una tableta, el ordenador portátil, el móvil…


Ante este panorama, los medios tradicionales buscan sobrevivir en la red, donde compiten con millones de contenidos. Los consorcios luchan por tener radio, televisión, periódicos e internet dentro de las compañías que poseen. Los festivales de cine exhiben parte de sus selecciones en línea o liberan contenidos extra para atraer a los públicos vía internet y no dejar esa ventana sin explotar.
Hoy, otras mediaciones modifican los imperativos para la actual industria de la información y el entretenimiento, que responden con nuevas estrategias, como las plataformas de ‘streaming’ –podemos ver cualquier programa por internet en cualquier parte del mundo, siempre que tengamos un dispositivo con conexión– y de video bajo demanda (Netflix, HBO, Amazon Prime, Filmin…), que nos permiten ver los contenidos que queramos con el dispositivo que sea, pagando una tarifa mensual.
La cuestión es que, pese a la brecha digital –también creciente a la par de la tecnología, sobre todo para los países subdesarrollados–, las plataformas y páginas ya no funcionan únicamente como expansión o repositorio de productos ofertados por los medios y soportes tradicionales, sino que son el modo de consumo mayoritario del público. Si dichos hábitos de consumo han cambiado, el contenido no puede responder a la demanda bajo los códigos habituales de producción.

La librería y editorial Altaïr fue fundada en Barcelona en 1979
y en 1991 apareció la revista homónima, publicada de manera
bimensual, hasta el 2013, cuando la 
crisis económica la obligó
a asumir un formato enteramente digital. Tres años después,
vuelve a ser impresa, manteniendo ambos formatos hasta la 
actualidad. 







Así lo asumió, desde su surgimiento, la revista Altaïr Magazine, publicación digital e impresa de cultura viajera y periodismo, que para su tercer aniversario publicó en su sitio web oficial el monográfico especial Los desiertos de Sonora. El nuevo número del magazín proponía un viaje transmedia por el escenario mexicano de la aplaudida novela Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. Con el tiempo, Los Desiertos de Sonora se convirtió en un proyecto cultural transmedia. Después del monográfico digital, nació la versión en libro-revista impreso y luego el documental interactivo web. La apuesta de Altaïr Magazine fue unir varias plataformas alrededor de una misma historia contada desde perspectivas, conceptos y formatos diferentes.


La primera pieza de este Proyecto, el monográfico, tuvo como atractivo –pensando en las múltiples posibilidades de la tecnología– el ingrediente audiovisual. “Quien quiera saber más, puede entrar en una conversación con los autores de los artículos sobre qué les llevó a ellos a los desiertos de Sonora y cómo han vivido la obra de Roberto Bolaño: al final de la mayoría de capítulos se encuentra una URL y un código QR para poder acceder a esas entrevistas y a un ensayo audiovisual sobre el Atlas de Sonora” (Ortín 8), estrategias tecnológicas que también fueron incluidas en la versión impresa.

Pero el sentido de estos contenidos audiovisuales expandidos –tanto en el sitio web oficial de Altaïr Magazine como en el libro comercializado en formato impreso y en PDF– va más allá: el proyecto cultural transmedia realmente adquirió sentido con la realización del documental web, cuyas ventajas tecnológicas superan indiscutiblemente a sus versiones anteriores y le abrieron las puertas a esta editorial barcelonesa hacia el demandante mundo del audiovisual interactivo.

El documental web interactivo es un formato novedoso e innovador resultado del cruce entre el lenguaje tradicional del documental y las nuevas herramientas digitales. El género documental aporta sus variadas modalidades de representación de la realidad y el medio digital, las nuevas formas de navegación e interacción.
también llamado documental interactivo, es un producto que usa como base tecnológica, e interfaz de la experiencia del usuario, una página web. En lugar de ver una película en proyección, el sitio web lo que permite es la exploración de los contenidos en un modelo de narrativa modular o fragmentada. Es como un rompecabezas para armar, en el que el espectador va descubriendo contenidos a medida que avanza e interactúa con la página, los menús y los hipervínculos. (Zavala, párr. 11)
Así, el documental web combina diversas herramientas multimedia: fotografía, audio, texto, animación e infografía; ello facilita la interactividad con el usuario y, a su vez, le brinda una mayor flexibilidad al documental con la posibilidad de incorporar información adicional, entrevistas y recursos multimedia complementarios a través de una interfaz navegable.
Precisamente la gran capacidad de almacenamiento de información dentro de un sitio web posibilita crear grandes bases de datos con esta información adicional y un sinfín de elementos para ser revelados al usuario. Por otro lado, la experiencia vinculada a la interactividad de los usuarios hace que el tiempo y espacio narrativo se vivan de manera distinta para cada internauta, que establece su propio mapa de exploración a partir de las decisiones que toma con cada clic.
Estas son las características principales del documental web interactivo, que lo diferencian de su homólogo tradicional, el cual tiene un tiempo y espacio narrativo limitado, y se consume desde la experiencia colectiva, pues en el cine y la televisión todos los espectadores ven el mismo documental, aunque lo interpreten de distintas maneras.

Paty Godoy (Sonora, México, 1982)
El documental web Los desiertos de Sonora estuvo bajo la dirección de la periodista Paty Godoy, especialista en narrativas transmedia y multiplataforma. Esta obra narra el viaje en carretera de dos mil kilómetros desde la Ciudad de México al estado natal de Paty Godoy, de la mano de dos libros: Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño y el Atlas de Sonora, de Julio Montané, arqueólogo, cartógrafo, historiador y antropólogo. La periodista y su esposo, Pere Ortín, director de Altaïr Magazine, recorrieron pueblos, conocieron a gente, tomaron video, fotografías y notas, como un nuevo mapa, materializaron el trayecto de la novela, lo hicieron real y al mismo tiempo, propio. 



El documental web Los desiertos de Sonora está integrado por
cuatro capítulos, con diferentes recursos multimedia.
La principal diferencia entre el sitio web, el PDF y documental web Los desiertos de Sonora es el formato no lineal –equiparable para un autor con la pérdida del control discursivo– que tiene este último, pues aunque Paty Godoy plantea un inicio y un final, como se vería convencionalmente en el cine o en la televisión, es el espectador quien decide si rompe, continua u ordena a su manera la secuencia de cuatro capítulos, una experiencia única, que ofrece opciones y control sobre la obra de arte, de manera que el usuario se convierte también en documentalista.


Con este tipo de documental estamos en presencia del paso “del modelo tecnológico de experiencia audiovisual colectiva, como el cine y la televisión, a un modelo de consumo individualizado en la computadora o el dispositivo móvil” (Zavala, párr. 13). Aunque la historia de Los desiertos de Sonora alcance a miles o millones de usuarios, su forma de consumo es unipersonal, individualizada, debido a esta característica de narración no lineal.
“Este tipo de narración permite dotar a los proyectos audiovisuales de elementos que lo complementan y lo enriquecen, aportando numerosos valores añadidos a la experiencia global del espectador, de manera que esta sea más variada, completa e inmersiva” (Gifreu, párr. 28). En este sentido, la narrativa de Los desiertos de Sonora exige al usuario una participación activa, no es solo sentarse frente al monitor, es mover el cursor para avanzar en la historia, activar el sonido, abrir las fotografías y videos que van apareciendo, regresar o avanzar.
En primer lugar, el hecho de navegar y visitar distintas propuestas de presentación y estructuración de los contenidos (la información y el conocimiento), implica la utilización de estrategias y recursos propios de los juegos. De esta forma, a partir de la estructura del interactivo y a través de las modalidades de navegación, el usuario, en cierto modo, "juega" con las posibilidades que ofrece la obra . . . en segundo lugar, esta estrategia propia de la experiencia del juego suele implicar una sensación de inmersión profunda en el visitante y evita que su aprendizaje sea aburrido y que su necesidad de ser informado o de aprender acabe desapareciendo. (Gifreu, párr. 30) 
Sin lugar a duda, el riesgo que tomó Altaïr Magazine con la incorporación del documental web interactivo Los desiertos de Sonora al Proyecto transmedia, ha sido el reto más importante en su búsqueda de formas novedosas, enfoques poco convencionales, lugares atrevidos desde los cuales contar el viaje y sus culturas. “Tratamos de no ser un adorno irrelevante más en esa máquina de (re)inventar la realidad que somos los medios de comunicación” (Ortín 9) y, viendo el éxito de la obra, lo consiguieron.
Próximamente, este proyecto cultural transmedia crecerá con una exposición audiovisual que recorrerá varias ciudades en México, Latinoamérica y España. Pero por ahora, Los desiertos de Sonora constituye una misma narrativa que transcurre a través de diferentes plataformas mediáticas –el libro impreso, el PDF, el documental web y el monográfico en el sitio web–, donde cada una de ellas permite una exploración y expansión diferentes del universo narrado, logrando de ese modo una mayor participación e interés del público, gracias a las innumerables ventajas del cruce entre literatura y tecnología.


Bibliografía:
  1. “Los desiertos de Sonora”. Altaïr Magazine. Revista Altaïr Magazine S.L. Web. 6 abr. 2021. < https://www.altairmagazine.com/360/los-desiertos-de-sonora/ >
  2. Los desiertos de Sonora. Dir. Paty Godoy. Altaïr Magazine, 2018. Documental web interactivo. Web. 25 feb. 2021 <http://www.losdesiertosdesonora.com/>
  3. Gifreu, Arnau. “El documental multimedia interactivo como discurso de la no ficción interactiva. Por una propuesta de definición y categorización del nuevo género emergente”. Hipertext.Net. Universitat Pompeu Fabra Barcelona. Sept. 2011. Revista Académica sobre documentación digital y comunicación interactiva. Web. 5 abr. 2021 <https://www.upf.edu/hipertextnet/numero-9/documental-multimedia.html>
  4. Ortín, Pere et al. Los desiertos de Sonora. Barcelona: Altaïr Magazine, 2017. Impreso/PDF
  5. Zavala, Diego. “El web-documental”. Revista Icónica. Pensamiento fílmico. 14 nov. 2016. Web. 6 abr. 2021 <http://revistaiconica.com/el-web-documental/>

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